Una comunidad de vida es la etapa definitiva en el proceso de evangelización de los grupos del Movimiento de la Palabra de Dios. Es la etapa en la cual sus miembros expresan los compromisos morales, estos definen la identidad discipular, personal y comunitaria para vivir desde el carisma de la Obra.
“Ser comunidad de vida es expresar la fidelidad de Dios en la vida comunitaria al vivir el carisma del Movimiento. Aquí encontramos nuestro hogar y caminamos con otros, por gracia de Dios. Cada semana ofrecemos la vida para acoger a Jesús entre nosotros, unificar corazones y convertir nuestra pobreza en generosidad por el Reino. Cuando experimentamos momentos de cielo en medio de pruebas y sufrimientos, somos sostenidos por la certeza del amor indestructible de Dios. Aprendemos que la verdadera fortaleza viene de la entrega y la comunión en el servicio a los demás. Cada encuentro y desafío nos enseñan a confiar en la providencia divina y a ver el rostro de Cristo en nuestros hermanos, para enriquecer nuestra fe y compromiso con la comunidad.” Centro Pastoral Janer, Buenos Aires
“Desde 1994 formamos una comunidad fraterna en un entorno natural de lago y montañas. Nos identificamos con la imagen del pesebre, donde nuestras limitaciones se transforman en altar. Vivimos la sagrada reunión comunitaria, somos discípulos en el servicio y compartimos nuestros talentos para la Obra. Reconocemos la llamada del Señor a la solidaridad y al compartir de los bienes que se demuestra en acciones concretas como el comedor solidario. Cada día renovamos nuestro compromiso de construir el Reino de Dios, siendo luz y esperanza para quienes nos rodean. En medio de nuestros esfuerzos, encontramos alegría y satisfacción en saber que, cada pequeño acto de amor y servicio tiene un impacto eterno en la vida de los demás y en nuestra transformación espiritual.” Embalse, Prov. de Córdoba.
“A través de los años, hemos renovado nuestro compromiso con la vida de la alianza fraterna y renacimos en el Espíritu Santo para vivir el mandamiento del amor a Dios y al prójimo (cf Jn3, 3-7; Mt 22, 36-39). Este camino nos ha llevado a reconocer la gracia de la fidelidad y la amistad en comunidad, siendo testigos de la victoria de Dios en nuestras vidas. En cada paso, encontramos nuevas oportunidades para crecer en el amor y la unidad. A través de la oración y el servicio mutuo, aprendemos a ser canales de la paz de Cristo en un mundo necesitado de esperanza y reconciliación. Nos sentimos bendecidos por poder compartir la vida con nuestros hermanos y llevar la luz del Evangelio a cada rincón de nuestro.” Centro Pastoral Córdoba, Prov. de Córdoba.
“Estamos contentos y agradecidos por poder compartir nuestra historia de fe y servicio en el Movimiento. Cada paso nos acerca más al Señor, multiplica los panes y peces en nuestra vida comunitaria, abre nuevos horizontes y es testimonio de su amor a través de nuestras acciones diarias. Agradecemos a todos los que nos han acompañado en este camino, especialmente a aquellos que nos han fortalecido con su ejemplo y oración. Nuestro compromiso con la misión de Cristo nos impulsa a seguir adelante con esperanza y determinación. En cada desafío y celebración, vemos la mano providente de Dios guiándonos y sosteniéndonos, recordándonos que con Él nada es imposible y que juntos podemos construir un mundo más justo y fraterno para todos.” Centro Pastoral San José, Prov. de Córdoba.
N. de la R.: Extractos de la expresión de compromisos de hermanos de distintos Centros Pastorales.
Publicado en la Revista Cristo Vive ¡Aleluia! N°255 – JUL 2023