Editorial de la Palabra de Dios

Participo desde los inicios del Movimiento de la Palabra de Dios en Quito, Ecuador, y las bendiciones
recibidas han sido inmensas. La oración tiene poder, más cuando es comunitaria. Al respecto, quisiera
compartir una experiencia que tuvimos. En el 2009, luego de una difícil operación que tuvo papá, nos dijeron: “Se está desangrando, ya no hay nada que hacer”. Nos reunimos a orar en comunidad afuera de la sala de terapia intensiva para pedirle al Señor, que, si era su voluntad, no se lo lleve todavía. Le decíamos que le dé la posibilidad de la conversión a la vida de la fe, de salvar su alma, para que pueda gozar de la presencia de Dios. En ese momento, Jesús nos regaló el pasaje de la Palabra de Hebreos 11, 8-12 (La fe de Abraham) y, fuera de todo pronóstico, se recuperó. Luego, descubrieron que tenía cáncer de próstata y empezó su tratamiento que duraría 14 años. Y en todo este tiempo, ha sido muy satisfactorio acompañar e interceder para que mi padre pueda acercarse a Dios y tener una vida más piadosa.

La enfermedad no da tregua. Ver cómo un ser querido se apaga es muy doloroso. Solo la fe y la mirada trascendente pueden fortalecer nuestra alma y ayudarnos a seguir adelante. El Señor cumplió sus promesas, mi padre…

Lee el testimonio completo en la Revista Cristo Vive ¡Aleluia! N°255 – JUL 2024