Editorial de la Palabra de Dios

Miriam Rúgolo, vivía en Plottier, Neuquén, cuando su párroco le propuso llevar la catequesis de confirmación en su parroquia… A raíz de este ofrecimiento, Miriam va a ofrecerle a María de San Nicolás el servicio y a partir de allí el Señor tejió la historia del carisma en esa ciudad… Estas son algunas líneas de su testimonio… que se puede recoger en el video al final del artículo…

“Hace 20 años comenzaba una historia, en un momento muy particular de mi parroquia. El Señor nos confiaba una misión. Y mientras este lugar se mejoraba para reabrir sus puertas y las personas se organizaban, otros corazones invitados por el amor de Jesús y su Palabra, dieron su sí para preparar el interior de cada uno…
¡Sucedieron tantas circunstancias! La Madre de Jesús, como en Caná de Galilea, apuró la hora de conversión, sanación y de asistencia del Espíritu Santo en cada necesidad concreta.


No fueron tiempos fáciles… En ese tiempo el Padre Daniel se hacía cargo de la comunidad parroquial y su disposición desplegó la confianza y la maravilla de Dios en los corazones de muchos, de una iglesia cerrada y sin mucho público para las misas…, luego, se hizo necesario ampliar el templo, pues era demasiado chico y la mitad de la gente con ansias de la Palabra y de la eucaristía quedaba afuera…
En ese entonces y en medio de muchas dificultades con la alegría que da el Espíritu Santo, el Proceso Comunitario para la Confirmación se desarrollaba y se expandía…
Veinte años no se pueden sostener si la gracia no nos hubiera asistido, somos testigos de ello y tenemos la obligación de contar lo que hemos visto y oído…
A medida que pasaban los años, nuevos desafíos se nos presentaban, la parroquia iba creciendo y los confirmados se animaban a desarrollar distintos servicios.
También el “PCC” fue a Neuquén, a la parroquia Inmaculada Concepción y en una capilla…, haciendo resonar fuerte en los corazones que ¡Jesús vive!

En estos 20 años de servicio ininterrumpidos en Plottier hemos sido asistidos por personas que se donaron y entregaron su tiempo, economía, voluntad… ayudándonos a construir la nuestra historia… Se entremezclaron con nuestras vidas y así formamos parte de un solo pueblo: el de Dios.

¡Gracias! A María del Rosario de san Nicolás por darnos a conocer a Jesús Vivo.
A todas las personas que se animaron a hacer la experiencia y nos confiaron sus corazones por un año.
A l.as hermanas carmelitas descalzas de Centenario y de Concordia, que nos asistían con su oración en los momentos de mayor necesidad, ante cada retiro…
A nuestro diácono, que nos ayudó en la preparación de cada misa de confirmación.
A nuestros obispos Agustín R., en los comienzos, Marcelo M. y Virginio B que nos han bendecido con su guía y apostolado.
A todos los que se animaron a servir, auxiliares y catequistas de los diferentes años, que no dudaron en donar de su tiempo y de su vida para que otros tuvieran la oportunidad de conocer a Jesús.
Al equipo de cocina de los retiros… A cada uno que se animó a cantar las alabanzas a nuestro Dios…
Gracias a tantos…  A Ivonne, que estás en el cielo, por tu oración, tus lágrimas, tus desvelos pastorales y tu entrega por nosotros, tantos años viajando cada semana desde Plaza Huincul para enseñarnos y compartir con nosotros tantos desafíos.
A todas los que nos asistieron y asisten…
Por estos años de Misión juntos descubriendo a Jesús en medio nuestro.”

Noviembre 2023