¿Cómo describir en pocas palabras lo que me significa ser parte de este lugar de Iglesia? Diría justamente que es MI LUGAR, el lugar al que pertenezco y en el que quiero permanecer, donde puedo ser yo misma y desplegar los dones que el Señor puso en mí.

Desde los comienzos, hace ya 27 años, me maravilló y lo sigue haciendo, el hecho de que haya un espacio sin importar la edad, el estado civil, la vocación… Donde sea posible crecer y desarrollar la vida. Esa fue y es mi experiencia. Mientras participé de los grupos de oración, estudié, me recibí, desarrollé lo laboral, me puse de novia y me casé; soy mamá, transité enfermedades de mis padres y luego sus partidas, mis propias insanidades, miedos, desafíos y proyectos. Y lo más hermoso fue que lo hice junto a otros y también acompañando a otros. Es un regalo de Dios compartir las tristezas, lo costoso, las alegrías y los logros en comunidad.

Lo otro que me enamora de este carisma, y lo hace cada día más, es vivir aliados a la Palabra. Preguntarle al Señor, dialogar con él, escucharlo, entregarse, pedir ayuda, ofrecerse… Él es tan bueno conmigo que me habla claro, me sostiene y me conduce. También me da la posibilidad de ser instrumento para poder revelar su Palabra a mis hermanos.

Doy gracias al Señor por pensar en este lugar para mí, por llamarme a seguirlo, por su amor y su bondad para conmigo y los que amo.

Araceli
Paraná