Pronuncié Su Nombre y se quedó en mí para siempre.
Realicé mi secundaria en el colegio Mater Purissima. En 5to. año la religiosa que era catequista nos invitó a participar de una reunión para conocer al Padre Ricardo quien quería enseñarnos a orar de forma espontánea. Fui sin dudarlo, pues atravesaba un tiempo de dudas y angustias propias de la adolescencia.
En el lugar me encontré con varias de mis compañeras y allí nos explicaron el modo de orar. Podía escuchar a los demás expresar el nombre de Jesús o que repetían amén.
Cuando pude, yo también expresé su Nombre, lo llamé y Él se quedó para siempre en mí corazón y en mí vida.
En la segunda reunión hicimos un Encuentro en la Palabra con el texto de “La resurrección de Lázaro” (Juan 11, 1-43) desde allí, al igual que a Lázaro, toda mí vida encontró sentido y esperanza.
La oración espontánea y la Palabra de Dios fueron la puerta y el sello para el primer grupo que comenzó en el año 1975.

Elizabeth Possetto
30 de julio de 2023.