“Soy Luis, y en una palabra la Pascua I para mí fue “novedad”. Y lo que había vivido esos tres días comenzó a hacerse cotidiano en toda mi vida. Comencé a estudiar medicina (..) estudiar y trabajar (…)el Señor se las ingenió y me permitió que en seis años me recibiera sin dejar de participar de los grupos que alimentaban mi vida entera. Reconocer que Dios está vivo también me dio la misión de llevar no solo a los más cercanos sino a quienes no lo conocen…”