En la Provincia de Catamarca, la semilla cayó hace mucho tiempo, allá por el año 2000, se crearon los primeros grupos universitarios. La misión fue por un hermano que era de Alberdi (Tucumán) que vino a estudiar a Catamarca, y junto con él trajo el carisma. Las primeras comunidades se reunían en Catedral. Nos cuentan los coordinadores de aquel tiempo, que los chicos salían de la facultad, allí se encontraban, se hacían las 12 de la noche y el guardia del santuario les decía que tenía que cerrar. Ese grupo inicial, con el correr de los años, se disolvió…
Mucho tiempo después, en el 2010, el Espíritu Santo sopló una nueva fundación, donde con mucha entrega, fe y confianza, se custodió una pequeña semilla de diez hermanos que se reunían semanalmente. En el año 2018 se logró conformar un grupo de iniciación numeroso, donde el Señor se hacía presente con las oraciones de intercesión de tantos años. Por supuesto, como toda comunidad que camina tiene su retiro anual y las realidades económicas para poder sostener eran muy pocas: la mayoría eran estudiantes y los pocos que trabajaban recién arrancaban, no teníamos los medios para poder pagar un retiro, ni para viajar a Concepción (Tucumán), en donde se hacían. Durante tres meses, todos los sábados después de la reunión hacíamos «maicenitas». Vendíamos en las parroquias y en las plazas; fue muy agotador. Lo más difícil fue que a una semana antes del retiro, no llegábamos a cubrir ni la mitad de los gastos: éramos 21 y se necesitaba mucho dinero. Pero, como teníamos la certeza que la victoria es del Señor, no dudamos, ese domingo previo y compartimos todos la Eucaristía. La mañana del jueves antes de partir, por medio de unos conocidos, conseguimos que nos brinden una Combi para poder viajar, y ese mismo día, una hermana que perteneció a los grupos de los comienzos nos regaló dinero para cubrir los gastos de combustible de la combi y de los dos vehículos que nos acompañaban.
Y, como el Señor no se deja ganar en generosidad, al pagar el retiro no solo que alcanzó si no que sobró dinero. El encargado pastoral del retiro nos entregó un sobre con dinero porque habíamos dado de más, el cual nos ayudó a poder costear los retiros siguientes.
Desde ese retiro, que fue de mucha entrega, los sábados por la noche de compartir y cocinar, podemos sentir que Jesús nos abre un camino nuevo como carisma: logramos hacer raíces en una parroquia, El Corazón de María y sentimos que la diócesis nos acompaña como Iglesia. Es una gracia que se gesten nuevas comunidades, que llegue la Editorial de la Palabra de Dios a nuestro lugar de misión, celebrar la Pascua y muchos milagros más. ¡A todos eso, GRACIAS PADRE!
Hermanos y hermanas de Catamarca
Argentina