Editorial de la Palabra de Dios

ALBERDI

Iniciamos este hermoso camino en la Pascua de 1991, en el colegio Taborin. Fue un grupo de adolescentes invitados por el Padre Ricardo en un encuentro en Cuesta Blanca mientras una joven de Alberdi vacacionaba. Al comienzo fueron años duros, sostenidos en la entrega de nuestros misioneros (hermanas nazarenas Mónica Rojas, Viviana Ruffener, entre otros). Escuchábamos en casette anuncios del Padre Ricardo (nunca lo habíamos visto, solo escuchado) y orábamos por él, por lo que el Señor había pensado para nuestra zona. Por un tiempo largo fuimos tres, orando tres horas en cada reunión. El Señor era claro cuando nos hablaba de ser fieles, que había un pueblo pensado por él. Luego empezaron a llegar los hermanos. De Alberdi, surgió San Miguel de Tucumán, después Catamarca, Salta y Concepción.
Actualmente en Alberdi contamos con dos comunidades de profundización y un brote de jóvenes, que confiamos, será un bello grupo de iniciación pronto. Mientras tanto, en Concepción tenemos una hermosa comunidad de profundización y un grupo de jóvenes que está, con toda la fuerza del Espíritu, esperando ser conformados como grupo inicial. ¡Dios marcara los tiempos! Benditos los proyectos y los sueños de nuestro Padre! Si nos animamos decir que sí, Él hace nuevas todas las cosas.

SAN MIGUEL

San Miguel comenzó a gestarse a partir de la semillita del carisma que vino desde Alberdi con la llegada de los primeros hermanos que venían a estudiar sus carreras universitarias.

El primer hermano que llegó desde Alberdi (Augusto Soria), invitó a chicos y chicas, y entre las que fueron llegando la mayoría eran señoras adultas y una sola joven universitaria. Se reunían en el centro comunitario de los redentoristas. A ese grupo le llamamos cariñosamente “las chicas de Augusto”. Algunas de ellas partieron ya a la casa del padre, tenemos un gran agradecimiento al Señor porque sabemos que su oración intercesora y sus cariños y cuidados con los jóvenes, que luego llegamos a los grupos, en su mayoría de otro lugares del Noroeste argentino, nos acogieron y brindaron sus hospitalidad como signo primero del amor, la servicialidad y la fraternidad propio de nuestro carisma. En este primer grupo estaba también Claudia (la única hermana joven de aquel momento) partió a Salta al recibirse llevando el carisma allí.

El momento fundacional para San Miguel como zona de misión fue el año 2006, cuando se realizó la primera Pascua separada de Alberdi, en el seminario mayor de la ciudad. 

Los inicios fueron hermosos, llenos de la gracia fundacional, con el sello de la fraternidad como gracia característica que nos sostuvo y nos ayudó a ser fieles, aun en los momentos de mayor prueba.

Brota de nuestro corazón un profundo agradecimiento al Señor por aquellos hermanos que ofrecieron su vida y nos fueron formando, abrazando, enseñando, secando lágrimas y alentando la búsqueda de ser de Dios y para Dios: Mónica Rojas, Walter Chiesa y nuestra amada Vivi Ruffener.

Hoy, después de muchos años recorridos, habiendo crecido con Jesús, nos encaminamos como Centro en formación, con la comunidad fundacional, dos grupos de iniciación, uno de profundización, dos grupos en Salta (nuestro lugar de misión) y un grupo de Proceso Comunitario para la Confirmación.

¡Bendito el Señor amado siempre fiel con nosotros! A Él le ofrecemos nuestra vida, nuestras comunidades y toda la zona NOA. Amén