La parroquia San José Obrero se encuentra en el Distrito de General Gutiérrez, del departamento Maipú, en Mendoza. Cuenta con una historia de 75 años.
En marzo de 2011, en Mendoza se constituyó una comunidad consagrada de Nazaret Masculino, la cual desde febrero de 2012 está a cargo del cuidado pastoral de la parroquia San José Obrero.
EN LA PALMA DE SU MANO ESTÁ NUESTRO CAMINO
En el año 2011, tras conversaciones del Padre Ricardo con el obispo Monseñor Arancibia (de la prov. De Mendoza) llega el P. Pablo Ricco, sacerdote nazareno, desde Bs. As. a Mendoza. Se instala en la Catedral de Loreto de esa ciudad. El Padre Ricardo, antes de que Pablo fuese a Mendoza, le entregó un regalo para que lo acompañe a Mendoza: una imagen de San José “trabajando” (San José Obrero). Al lugar, también llegó Claudio Alegre, que en aquel momento era diácono.
A principios del 2012, el obispo les propone hacerse cargo de la Parroquia San José Obrero en Maipú. Tras oración y discernimiento, llegan al lugar, ingresan al sector que se tenía como oratorio, y fue gran sorpresa al encontrarse con una imagen de San José trabajando.
Pareciera que San José ya sabía que irían a vivir a su casa. Él acompañó y cuidó la semilla del Movimiento de la Palabra de Dios, hasta que llegaron a su hogar.
Entonces, la comunidad de Nazaret masculino que se había formado en la ciudad capital, se trasladó a la parroquia y allí sembraron la semilla del carisma. Con varios hermanos que hoy participan en los grupos de oración, comienzan a reunirse semanalmente, leyendo la Palabra, compartiendo la vida y la oración en común. A partir de esto, comenzaron a formarse otros grupos de diferentes edades.
NUESTRO COMIENZO ESTÁ EN EL ENCUENTRO CON SU PALABRA.
Con la llegada de Nazaret Masculino al lugar se conformaron dos grupos que comenzaron el proceso pastoral. Luego de dos años, el Padre Pablo propuso una dinámica de Encuentro en la Palabra. Desde el año 2014, en este lugar de misión, a los nuevos integrantes se les propone comenzar con Encuentro en la Palabra, una Lectio divina comunitaria, un encuentro en el Señor y entre hermanos, que abre a la posibilidad de constituir una pequeña comunidad eclesial de base.