Luego de 20 años lograron realizar el anhelo que soñaron desde que eran novios.

Cristo Vive ¡Aleluia! dialogó con Sandra Gianfilippo y David Zunich, que participan de una comunidad del Centro Pastoral de Loreto de la ciudad de Avellaneda en Buenos Aires. Se casaron siendo muy jóvenes y luego de diversas búsquedas, desplegaron un nuevo proyecto laboral en el que no solo participan sus hijos, sino que también intentan plasmar el carisma que tienen como identidad desde su pertenencia al Movimiento de la Palabra de Dios. .

Cristo Vive: ¿Cómo nació este proyecto y cómo pudieron desarrollarse profesionalmente?

Sandra: Surgió ni bien nos conocimos, fue una búsqueda constante durante nuestro noviazgo y luego al casarnos. David tuvo diferentes trabajos, siempre referidos a su profesión, él es Farmacéutico y yo soy Analista en Sistemas. En mi caso cuando era estudiante ingresé en la docencia, donde pude desplegarme en el área de informática como alfabetización. Siempre anhelamos hacer algo en común desde lo laboral y Dios nos fue guiando por el camino que Él quería, era un sueño inalcanzable que teníamos en el corazón, se fue concretando de a poco. 

CV: Para avanzar con un emprendimiento se necesitan recursos… En el inicio ustedes contaban solo con la parte profesional. ¿Qué pasos tuvieron que dar? 

S.: Sí, los dos sabíamos que contábamos con nuestra profesión y por ello, comenzamos el proyecto con la producción de una la línea de cosmética. Para David, su realización laboral era fabricar el producto y no abocarse a la venta. Primero tuvo que renunciar a su trabajo, fue una gran apuesta, aunque nunca tuvimos la sensación que nos tirábamos a una pileta vacía. Con este paso, de dejar la seguridad económica de un trabajo de muchos años, nos lanzamos a elaborar los nuevos artículos. No fue una alternativa que tomamos alocadamente, ni esperábamos que las cosas “cayeran del cielo”. 

CV.: Seguramente, surgieron preguntas sin respuestas, ¿qué los impulsaba a seguir y a no bajar los brazos?

S.: En la medida que aparecían las preguntas, buscábamos respuesta en la oración y al leer la Palabra de Dios nos sentíamos acompañados, nos impulsaba, nos daba su certeza y signos. Tal es así que, en medio de esta decisión, se presentó una nueva oportunidad laboral para David. A partir de este momento comienza su desarrollo profesional en este ámbito, situación que nos ayudó para ir pensando cómo llevar a cabo nuestro proyecto. Pasaron casi diez años, donde fuimos haciendo un proceso de discernimiento para reconocer los signos y lanzarnos hacia nuestra búsqueda con mucha prudencia. En todo momento sentimos la presencia de Dios. 

CV: En el Movimiento existe la Diaconía laboral*, en este proyecto, pensado y discernido por ustedes, ¿qué rescataron como ayuda? 

David: En su momento pudimos participar de la Convivencia de la Civilización Nueva**, luego realizamos los Talleres de la Diaconía Laboral y desde allí nos fueron acompañando. De esta manera, sumamos varios elementos al proceso de discernimiento a través de los contenidos recibidos en cada charla, los talleres de trabajo interior y compartir con otros y la gracia de la lectura del Evangelio. 

CV: ¿Cuál es el nombre del Laboratorio y cómo surgió? 

D: El Laboratorio se llama “Genus” y el nombre surgió un día que estábamos con Sandra y con nuestros tres hijos, nos pusimos a pensar, y uno de los chicos buscó en el celular la palabra Genus, significa familia, pero no la humana, sino en orden a la categoría biológica y así de esta manera nació el nombre de nuestro proyecto.

CV: ¿En Genus, ya están produciendo?

D: Sí, estamos elaborando un montón de productos, no tenemos marca propia, somos lo que se denomina comúnmente “terceristas”, significa que hacemos artículos para otros, es decir, se contacta con nosotros una determinada marca, nos explica qué necesita fabricar, lo desarrollamos, lo aprueban y ahí comenzamos a elaborarlo. Cada uno realiza su aporte, el proceso de desarrollo no es solamente la parte química, influye mucho la estética, además de la confección de planillas y cuestiones más puntuales sobre la utilización del sistema. 

Podés leer la NOTA COMPLETA en la Revista Cristo Vive ¡Aleluia! Nº229 (SEP-OCT 2021)