Transformar las mentalidades, dar respuestas a los sufrimientos actuales del mundo, centrarse en el cuidado de las personas y del planeta, son algunos de los aspectos que predica el Santo Padre desde la llamada Economía de Francisco. Ana Argento y Fernanda Figueroa, miembros del Movimiento de la Palabra de Dios, participaron recientemente del encuentro presencial que se realizó en Italia, en la ciudad de Asís. Desde la redacción de Cristo Vive, ¡Aleluia! pudimos acercarnos a la experiencia que vivieron esos días.

 

Cristo Vive: Cuéntenos de ustedes… ¿qué las motivó a participar de la convocatoria del Papa?
Fernanda: Yo estudié Comercio internacional y luego me aboqué al ámbito académico. Actualmente estoy haciendo un doctorado en administración en donde mi tema de investigación tiene que ver con las empresas sociales y negocios sostenibles, es decir, cómo pueden las empresas regenerar el ambiente y gestar estrategias para una mayor equidad social. Cuando escuché decir al Papa “sus universidades puedan ser canteras de esperanzas de un nuevo modelo de desarrollo”, me sentí llamada a participar.1
Ana: Soy comunicadora social de profesión y también emprendedora social, co-fundadora de la ONG Por igual más, que trabaja por el reconocimiento de las personas con discapacidad. Me sentí llamada a participar en la Economía de Francisco y buscar juntos respuestas a los sufrimientos reales del mundo.2

 

CV: ¿Qué nos pueden contar de lo vivido en el encuentro?
Ana: En el andar vamos descubriendo de qué se trata todo esto. Buscamos conquistar una economía con alma. En mí se reavivó el llamado a “gastar” la vida por aquellos que están en las periferias existenciales, al decir del Papa. Seguir trabajando para que todas las personas nos reconozcamos en el “entre” de la sociedad, que nadie se sienta adentro o afuera. Buscar abrir posibilidades, oportunidades y dignificarnos desde pequeñas acciones.
Fernanda: El encuentro me sirvió para recuperar la valentía de ir adelante. No es tan sencillo que se nos entienda, ir contracorriente del sistema. A veces puede tornarse desesperanzador. Me reencontré con la misión, con el sentido de la entrega. El Papa nos invitaba a no buscar la “Dolce Vita” sino el “buen vivir”. Fue un replanteo de lo personal, profesional, fraterno, espiritual, sobre qué implica este buen vivir y desde dónde uno puede contribuir.

“Construir caminos de progreso distintos de los que nos propone la economía actual.”

CV: En este sentido, el Papa les propuso ser “centinelas de la noche”. ¿Qué significa esto?
Ana: Para mí, eso en particular fue una de las “estrellitas” del encuentro. Es una expresión tomada de Isaías 21. Necesitamos reconocer cuáles son los dolores del mundo, las noches de este tiempo, ser centinelas y anunciar la llegada del día. El Papa nos invitó a ser promotores de esto para que haya muchos centinelas en el mundo.
Fernanda: Esto tiene relación con la figura de la profecía, que también se fue conversando. Es decir, ver lo que ya se está construyendo con la dedicación de tantos que venimos trabajando….

 

Ver entrevista completa comprando Revista Cristo Vive ¡Aleluia! Nº239 – NOV 22