Un matrimonio argentino llevó la propuesta del Proceso Comunitario para la Confirmación (PCC)* a la parroquia San Tommaso da Villanova en Castel Gandolfo, a dieciocho kilómetros de Roma. 

Queremos compartir la experiencia que hemos vivido en el primer retiro del PCC del segundo grupo que llevamos adelante en la parroquia; este se realizó del 5 al 7 de abril de este año. Participaron 20 jóvenes de un grupo de 23, cuatro ayudantes catequistas de 16 años (quienes hicieron el PCC el año pasado) y tres adultos de la parroquia que nos dieron una mano con el servicio musical.

¡El encuentro estuvo hermoso! Damos gracias al Señor por cuidar de este rebaño tan joven. Estamos sorprendidos de la gran disponibilidad con la que los chicos han meditado, orado y querido buscar en la Palabra lo que Dios les decía en cada encuentro personal. Han respetado todas las indicaciones. En los testimonios finales, algunos han expresado que no ven la hora de hacer el segundo retiro. Para todos ellos, por la edad y por la cultura, es de mucha novedad “retirarse”, no estudiar ni hacer deporte por dos días para dedicárselos a Jesús.

¡Y qué decir de los cuatro ayudantes catequistas! Se ofrecieron hace unos meses a darnos una mano en el retiro. Para ellos fue una experiencia muy significativa hacer el PCC y es evidente que quieren revivirla acompañando a otros. No fue necesario darles indicaciones durante estos días: respetaron todos los horarios, estuvieron a cargo de la campanita que anunciaba el cambio de actividad como también de la preparación del comedor. Estuvieron muy atentos a todo, tanto en lo práctico como en algunas necesidades personales que manifestaron los chicos.

Les pedimos oración por todos estos jóvenes, para que las exigencias de la cultura no ahoguen su “semilla”.

También damos gracias al Señor por el tiempo que han ofrecido los tres adultos que nos ayudaron. Para ellos estar entre tantos jóvenes fue de mucha renovación para su fe.

Bendecimos al Señor, Buen Pastor, que llama a sus ovejas por su nombre, las hace salir y, cuando las ha sacado a todas, camina delante de ellas.

Lourdes Mongou y Maxi Llanes
Castel Gandolfo
Italia

Durante este retiro espiritual, tuve muchos momentos para reforzar mi vínculo con Dios. Hubo propuestas de meditación y oración personal que me hicieron sentir en paz y tranquila. Durante las meditaciones tuve tiempo para reflexionar sobre mí, sobre mi vida. El momento más lindo fue cuando le escribimos una carta a Jesús. Eso me ayudó a “vaciarme”, a liberarme y a agradecer a Dios por todo lo que me ha dado.

Emma S.
14 años

En esta experiencia aprendí mucho: a respetar al prójimo, a creer en Dios en los momentos en los que siento que el mundo se viene abajo y a ser más abierta a los demás. En estos días reflexionamos, obviamente, sobre nuestra fe en Dios, pero no solo eso, sino que profundizamos en todos los aspectos de la fe, la vida, la pasión de Jesús, la compasión, el amor, la injusticia y otros temas. Yo creo que esta experiencia me cambió espiritualmente y también modificó mis actitudes. Volvería a hacerla cien veces más. Todo esto ha sido posible gracias a las personas que se han empeñado en hacer este retiro, Maxi y Lourdes. Gracias.

Gabriele C.
15 años 

Sinceramente, jamás habría pensado que este retiro espiritual se podría transformar en una bellísima experiencia. Normalmente la describiría con la palabra “bella”, pero creo que en este caso hay que agregarle algo más. Cada momento tiene una palabra distinta que caracteriza esta experiencia:

  • Unidad: aquello que existió entre nosotros. 
  • Reflexión: como aquella que hicimos el sábado, afuera, bajo el sol. En un primer momento solos y, después, todos juntos.
  • Renuncia: a todo aquello que, para vivir este momento, dejamos de hacer porque le dimos importancia a este retiro.
  • Pero sobre todo, religión: porque tuvimos a Jesús entre nosotros en los cantos, en las oraciones y en los momentos compartidos.
  • Este retiro espiritual me ayudó a reflexionar y a creer. Quedará por siempre en mi corazón y en mis recuerdos.

Sara M.
15 años

N. de la R: Los testimonios fueron traducidos del italiano.

Publicado en la Revista Cristo Vive Nº 218 (JUL-AGO 2019)