Editorial de la Palabra de Dios

Esposa, madre, médica y discípula, Cyntia contreras, En diálogo con Cristo Vive, ¡Aleluia! nos abre su corazón sobre lo que significa cuidar al otro hasta el último tramo de sus días.

Cristo Vive: ¿Cómo descubriste tu llamado a estudiar Cuidados paliativos?
Cyntia: Hice la carrera de medicina, me especialicé en pediatría y en el camino de la residencia tuve la oportunidad de acompañar a algunos pacientes en el final de la vida. En el Hospital Garrahan de Buenos Aires conocí un equipo de Cuidados paliativos. Ellos se encargan de acompañar a pacientes con enfermedades que limitan o amenazan la vida sin saber cuánto va a durar. También tuve una experiencia de cruz al fallecer el hijo de cuatro meses de mi hermana de sangre y sentí un gran llamado a acompañar al que sufre, practicar la empatía y la ayuda.

CV: ¿Y cómo es la dinámica de atención?
C: Nos centramos en los pacientes como un todo, es decir, en el aspecto psicológico, físico, espiritual y social. Esta es la novedad que trae la especialidad a la medicina, porque en las últimas décadas se había dejado de lado la humanización del paciente en pos de los avances científicos en la curación. Esta especialidad trata al paciente y a todo su entorno. Nos conocen como los médicos del dolor y nos ocupamos de todas las necesidades. Es un trabajo interdisciplinario con otros profesionales para abordar integral y cuidadosamente la situación. Se forman equipos especializados.

La fe sostiene mi vocación. Un versículo de la Palabra que me acompaña es: “Comparte mis fatigas”.

CV: Qué difícil debe ser acompañar al paciente y a sus familiares… Contanos, ¿de qué manera integrás profesión y fe?
C: La fe sostiene mi vocación. Un versículo de la Palabra que me acompaña es: “Comparte mis fatigas”, de la segunda carta de Timoteo (2Tim 2,3). Es estar ahí con el otro, es un momento de cruz donde abunda el amor. Trato siempre de recalcar eso. ¡Cuánto amor y posibilidades hay en esta etapa dolorosa! También me ilumina la imagen de María y las mujeres al pie de la cruz acompañando a Jesús, y siento un llamado a permanecer en ese lugar. La esperanza en la resurrección que brota de la fe también me sostiene. Con la muerte no se termina todo, Jesús es abrazado por el Padre y nos abre a la vida eterna.

CV: Desde tu experiencia, ¿qué opinión tenés sobre la eutanasia?
C: Es un gran avance la promulgación de la ley sobre Cuidados paliativos porque le da gran visibilidad a esta especialidad y eso permite que crezca y se promueva un mayor acceso a esa prestación. Todas las necesidades del paciente en ese momento son abordadas de una manera cuidada y respetuosa, entonces no se llega a pedir la eutanasia. Ni los pacientes ni las familias lo requieren. La eutanasia es un pedido de auxilio desde la desesperación. Por eso es importante promover que la persona pase este tramo doloroso de la mejor manera, que la persona y la familia puedan hacer el proceso de despedida en las mejores condiciones para no llegar a ese momento de desesperación.

por Jennifer Pulido

Publicado en Revista Cristo Vive ¡Aleluia! Nº238 – OCTUBRE 2022