Feliz el alma que ha entendido el amor del Corazón de Jesús.

24 de abril – Domingo de la misericordia

Oh Amor Eterno, deseo que te conozcan todas las almas que has creado.
Desearía hacerme sacerdote, para hablar incesantemente de tu misericordia a las almas pecadoras, hundidas en la desesperación. Desearía ser misionero y llevar la luz de la fe a los países salvajes para darte a conocer y morir en el martirio.


Oh, Jesús, sé perfectamente que puedo ser sacerdote, misionero y predicar, sacrificada como tú, que has muerto por mí y por esas almas.


Oh, Jesús mío, mi única esperanza, te agradezco este gran libro que has abierto delante de los ojos de mi alma. Él es tu Pasión afrontada por amor hacia mí. De él he aprendido cómo amar a Dios y a las almas. En “ese libro” están encerrados inagotables tesoros para nosotros. Oh, Jesús, qué pocos son los que te entienden en tu martirio de amor. Oh, qué grande es el fuego del amor purísimo que arde en tu Sacratísimo Corazón. Feliz quien ha entendido el amor del Corazón de Jesús.


Mi mayor deseo es que las almas te conozcan, que sepan que eres su eterna felicidad, que crean en tu bondad y que alaben tu infinita misericordia.

Diario de santa Faustina (nº 302).

Publicado en Revista Cristo Vive ¡Aleluia! Nº232 – Abril 2022