Más allá de las circunstancias que se puedan atravesar, siempre se puede elegir cómo vivir con fe y esperanza.

1-LA ALEGRÍA DE LA GRATUIDAD
Se trata de vivir siempre con sentido de gratitud y de gratuidad. La primera abre el corazón al agradecimiento hacia Dios. La segunda te ayuda a donarte constantemente a los otros. La gratitud brota de la consciente experiencia de lo mucho que se debe a Dios y te ensancha el corazón. Y además de dilatar la capacidad de amar, te permite salir de ti mismo y gozar de las mil alegrías de la comunión, de la relación y de la creatividad.

2-ANTE DIOS EN LA ALEGRÍA
A veces, sin querer, sentimos que nuestro estado de ánimo, aun en la felicidad sustancial, tiene zonas de sombra. Basta descender un poco en la profundidad de nuestra conciencia para encontrar las pequeñas raíces de los dolores del alma. Una zambullida en el realismo, en la aceptación de la realidad y en la misericordia de Dios, para después elevarse regenerados.

3-SUPERAR LAS TENTACIONES FRENTE A LA ALEGRÍA
Se dan momentos más prolongados en los cuales somos tentados contra la alegría: es el tiempo de la acidia espiritual. Un momento de reflexión, una prolongada plegaria y el poner orden en la vida, te dice inmediatamente que en el conjunto de los valores y de las funciones de la buena armonía espiritual falta el equilibrio de los aspectos: alguna zona importante de nuestra vida (afectividad, plegaria, reposo, reflexión, recreación…) no ha sido debidamente cuidada.

4-LA BELLEZA DE LO COTIDIANO
La vida está sembrada, desde la mañana, de pequeñas alegrías y sorpresas… Sana espiritualidad es el tomar todo con una visión positiva de la vida espiritual. Si, además, se viven todas estas cosas en comunión, la alegría se multiplica: se dona y se recibe de los otros.

5- LA ALEGRÍA DE LA AMISTAD
Alegría espiritual es, para mí, la experiencia de una buena amistad con los santos del cielo y con los de la tierra. Tener amigos y amigas y sentirse apreciados y estimados por ellos, interpelados, también, por los trabajos en colaboración, es una fuente de alegría que invita a dar gran relieve a la amistad en la vida religiosa y en la Iglesia.

6- EL MOMENTO PRESENTE
Un gran secreto de la sabiduría es la capacidad de vivir el momento presente: confiarse a Dios y tener siempre los pies sobre la tierra, enfrentar los problemas uno por uno y vencer a las ansiedades una por una, para permanecer en la alegría de ser uno mismo, creer en el Dios del momento presente y sentir que estamos en el lugar que el Padre quiere que estemos, haciendo lo que Él quiere que hagamos.

7- LA CORDIALIDAD DE LAS RELACIONES
“El amor suscita amor”, dice santa Teresa de Ávila. Sigo la norma de san Juan de la Cruz: “Donde no hay amor, pon amor y encontrarás amor”. Existe, también, un apostolado y un testimonio de la sonrisa.

8- ESTAR EN COMUNIÓN CON TODOS
Poder vivir una experiencia universal de comunión con todos. El uso discreto de los medios de comunicación, que ensancha el pensamiento y nos pone en contacto con toda la humanidad, pero sobre todo la conciencia de estar –en Dios– en comunión con todos, nos permite sentirnos colmados del deseo de tener un corazón universal que se ejercita en la comunión con todos.

9- EL SENTIDO POSITIVO DE LA VIDA ESPIRITUAL
Es motivo de alegría constatar, a través de la enseñanza de Jesús, del ejemplo de los santos y del testimonio de personas verdaderamente espirituales de nuestro tiempo, que no debemos renunciar a nada de lo que es humano, bueno, amable, justo, bello o santo, con la condición de no anteponer nada al amor a Dios. Es alegría verdadera saber por experiencia que la lógica del Evangelio funciona…

10- UNA PIZCA DE SIMPATÍA HUMANA Y DIVINA
La alegría y el humorismo en la vida cristiana, una pizca de astucia y de argucia, que a veces nos sirve de defensa y otras de pista de lanzamiento, pero siempre de instrumento de comunión para hacer a Dios y al cristianismo amables.


P. Jesús Castellano Cervera, OCD
Publicado en Cristo Vive, ¡Aleluia! nº 250 – #cristovive DIC 2023