Como ser creado por Dios, el hombre existe porque Dios así lo ha querido. Cuando el ser humano olvida su identidad más profunda, su condición de creatura, sin lugar a dudas desfigura su propia imagen y aborta su realización personal. En cambio, al escuchar y cumplir la voluntad de Dios, el hombre puede desplegar el proyecto de amor sobre la tierra para el que fue creado. “El hombre es un proyecto de Dios”, dice el Padre Ricardo en “¿Qué es el cuerpo humano?”.

Es hermoso constatar en la vida de los santos que la gracia puede desplegar la grandeza de una persona, como en el nuevo beato argentino: el Cura Brochero. “Esta beatificación es un nuevo llamado de Dios para responder a la vocación de la santidad que todos recibimos en el bautismo”, dicen los obispos argentinos en “Un pastor con olor a oveja”. Dios actúa en cada uno de nosotros y nos moldea para ser hombres nuevos. Esa es la propuesta que hace el Señor a Nicodemo en “Un diálogo en la noche”. También esta es la experiencia que refleja la autora de “Diez años en Uruguay”, en la cual reconocemos los frutos del camino de evangelización entre los jóvenes de aquel país.

Benedicto XVI enseña que la oración nos hace libres. El vínculo con Dios nos fortalece y en Él podemos encontrar la verdadera libertad de nuestra vida. Así, el Papa Francisco nos exhorta a recuperar urgentemente el carácter luminoso propio de la fe, porque esa luz es capaz de iluminar toda la existencia del hombre (Cf. Lumen fidei, 1) y mantenerlo firme en la adversidad. La Palabra nos alerta sobre las flechas encendidas del enemigo en el combate de la fe, aspecto que trata “¿Qué dicen las Sagradas Escrituras sobre el demonio?”.

Cuando el hombre asume la voluntad de Dios en su vida no solo realiza el proyecto divino sino que también despliega lo mejor de sí para los demás, como lo vemos en “Llevar el amor a las cárceles” y en “La lucha contra el hambre”, en el cual se explica la importancia del cultivo de los alimentos para el bien común.

“La cosecha no tiene lugar solamente en el campo, sino que también hay una en nuestro corazón”, dijo Francisco a los jóvenes (27-07-2013); por eso “Siembra… aunque la desesperación irrumpa, siembra. Cuando ya no queden ni suspiros ni aliento, siembra. Cuando todo parezca nada, siembra… porque solo sembrando se llega a la cosecha”.

Laura di Palma


SUMARIO

ENSEÑANZA APOSTÓLICA
Orar nos hace libres  – Benedicto XVI

ANUNCIO
¿Qué es el cuerpo humano? – P. Ricardo
Las bienaventuranzas de los discípulos – C. Grané

REFLEXIÓN
Un diálogo en la noche – A. Arrieta
¿Qué dicen las Sagradas Escrituras sobre el demonio?  – Mons. Inos Biffi
¡Júzgame, Señor!  – R. Guillemí

NOTA
Un pastor con olor a oveja – Los obispos de La Argentina
La lucha contra el hambre – J. B. Dubau
Llevar el amor a las cárceles – ZENIT
Una luz por descubrir – Papa Francisco

TESTIMONIOS
La fiesta de la comunidad – P. Antonioli
Diez años en Uruguay – A. Fachini
Crónicas de Río – Eq. Redacción
Aliviar el corazón de los “pastores” – C. Lesleri

ECOS DEL CURSILLO
Un nuevo tiempo familiar – M. F. Galiano

MARÍA EN EL MUNDO
La Virgen de la Revelación  

ORACIÓN
Quiero Creer  – Himno Litúrgico
Siembra  – A. Altare

Publicado en Revista Cristo Vive ¡Aleluia! Nº 189 (SEPT-OCT 2013)