Cristo Vive, ¡Aleluia! entrevistó al autor del nuevo libro publicado por la Editorial de la Palabra de Dios acerca de la cultura digital y la vinculación fraterna.

Francisco “Paco” Albarello es docente universitario en la Universidad Austral y en la Universidad Nacional de San Martín. Recibió el doctorado en Comunicación Social por la Universidad Austral en el año 2010 y desde su experiencia pastoral en el Centro de Núñez en Buenos Aires, abrió un camino de discernimiento sobre el uso de las nuevas tecnologías y su incidencia en nuestra vida cotidiana.

¿Cómo fue que te surgió la inquietud de escribir sobre este tema?

En enero de 2012 realicé la Convivencia Antropológica. Allí, a partir de los anuncios, se nos propuso reflexionar acerca de la identidad de la persona humana a la luz de la Palabra de Dios. Entonces, comencé a hacer una síntesis entre mi formación académica y profesional y mi llamado discipular en la Iglesia. Cuando meditaba sobre estas cosas, me surgieron ideas e inquietudes al respecto. Así fue como, en el retiro mismo, comencé a escribir los primeros trazos del libro. 

¿Cómo definirías el concepto de “nuevas tecnologías”? ¿Cómo se integran e influyen en la vida cotidiana?

Las tecnologías son extensiones de nuestras capacidades, y particularmente, las tecnologías de la información y la comunicación a las que me refiero en el libro, son extensiones de nuestra forma de comunicarnos. Por ejemplo, los jóvenes de hoy encuentran natural comunicarse a través de las redes sociales y la mensajería instantánea usando sus teléfonos celulares inteligentes. Los adultos, aunque también usamos los mensajes, preferimos la conversación telefónica y el correo electrónico. Cuando empleamos estos medios, muchas veces no nos damos cuenta del modo en que estas tecnologías condicionan la forma en la que nos comunicamos con el otro ni de cómo afectan el vínculo que establecemos con los demás. Me parece importante que nos detengamos a reflexionar sobre estas cuestiones para que tengamos un mayor control sobre el modo de comunicarnos, para que los aparatos no “hablen” por nosotros. Las tecnologías pueden ser grandes aliados nuestro para este fin, siempre que sepamos cuáles son sus alcances y limitaciones.

En este caso, cuando son un “gran aliado” para nosotros, ¿cómo podemos sacarles provecho? ¿Cuál es el aporte del libro con respecto a esto?

Creo que su aporte principal es mostrar la integración entre la Doctrina Social de la Iglesia y lo que dicen los principales investigadores que trabajan estos temas. En ese sentido, creo que el libro propone un “diálogo con la cultura”, un encuentro entre los diferentes enfoques y que tienen como factor común, la preocupación por la persona humana. Desde ese punto de partida, me parece que se puede construir mucho al tomar distancia de los planteos tecnofóbicos o apocalípticos que ven en la tecnología la raíz de los males de la sociedad.

Otro aporte significativo del libro me parece que es el planteo del “discernimiento de la cultura digital”. En paralelo a mi formación académica, yo crecí en la vida de fe en el Movimiento de la Palabra de Dios y el discernimiento de la cultura fue una preocupación que constantemente nos transmite el Padre Ricardo. Me animé a agregarle el adjetivo “digital” para caracterizar un periodo particular de esta cultura, que requiere que nos hagamos preguntas y reflexionemos sobre cómo vivir evangélicamente. 

Por último, creo que otra novedad de este libro es que se refiere a los nuevos medios, aquellos surgidos desde Internet en adelante, y al discernimiento sobre su uso; sobre esto hay pocos libros publicados. 

¿Por qué elegiste el título Personalizar el vínculo con la tecnología?

La personalización de la tecnología es vista como la posibilidad de darle forma o aspecto humano a un aparato cualquiera. Por ejemplo, personalizar el escritorio de tu computadora consiste en poner allí fotos, íconos e imágenes que la hagan más tuya, distinta a las demás y única. Lo mismo sucede con las fundas de los celulares, los ringtones que cada uno elije, entre otras cosas. Sin embargo, lo que propongo es un sentido diferente de la personalización, que fue tomado de la antropología cristiana que desarrolla el Padre Ricardo en el libro Yo soy. Meditaciones pastorales sobre la identidad humana. 

Mi propuesta consiste en incluir el uso cotidiano que hacemos de la tecnología en nuestro proceso de evangelización. En la medida en que utilizamos aparatos de modo constante para comunicarnos vamos desarrollando un vínculo con ellos y, muchas veces, les transferimos a estos dispositivos funciones o atributos que no les corresponden y que pueden afectar u obstaculizar el vínculo con los otros. Esto ocurre, por ejemplo, cuando preferimos, porque nos resulta más cómodo, enviar un mensaje de texto en lugar de llamar al otro por teléfono o encontrarlo “cara a cara” para decirle algo importante.

Como responsable pastoral, ¿cómo ves el acompañamiento de los jóvenes, también denominados “nativos digitales”?

Una de las preocupaciones que se aborda en el libro tiene que ver precisamente con las formas que adquiere la vinculación humana en las generaciones más jóvenes. Los que somos adultos vivimos la transición de una cultura a otra. Nosotros crecimos en una cultura donde el encuentro “cara a cara” era central y, a lo sumo, utilizábamos el llamado telefónico o el correo electrónico para mantener o reforzar los vínculos con los otros. Ahora, el contacto personal ha sido desplazado de su centralidad y esto es importante, porque nuestro carisma es, básicamente, presencial y “cara a cara”. Entonces, el desafío consiste en generar vínculos fraternos profundos en los jóvenes que están más acostumbrados a mediar sus relaciones con los celulares, las redes sociales y las actividades simultáneas que por los medios que no son digitales. Necesitamos una pastoral que invite a los jóvenes a reflexionar en profundidad acerca de la diversidad de estímulos que ofrece la cultura digital. Hay que generar una cultura en la que la vinculación con el otro sea central y en la que utilicemos las bondades de los medios tecnológicos en orden a ese objetivo.

¿Qué dice el autor del contenido?

El libro tiene cuatro capítulos. En el primero, analizo la relación entre el hombre y la tecnología de forma general y explico qué dice al respecto la Doctrina Social de la Iglesia. Sobre esa base es que hago la propuesta de personalizar el vínculo con la tecnología. En el capítulo segundo, me refiero al paso de los viejos a los nuevos medios: a la cultura digital, al uso de los dispositivos móviles como el celular y analizo cómo ese cambio está influyendo en el modo en que desarrollamos nuestra vida. Luego, el capítulo tres está dedicado a analizar el uso de las redes sociales más populares, Facebook y Twitter, con el objeto de reflexionar cómo las utilizamos para comunicarnos y qué buscamos cuando publicamos información. Finalmente, en el capítulo cuatro, se articulan los conceptos contacto, comunicación y comunión para pensar cómo nos vinculamos con los demás a través de las tecnologías. Para esto, se propone una serie de ideas concretas para llevar a la práctica. Cada capítulo termina con preguntas que se pueden trabajar a nivel personal o grupal para reflexionar y generar debates en torno a estos temas.