El Padre Ricardo nos propone esta novedosa manera de rezar el Rosario: transitar los distintos momentos de la vida de san José, desde su nacimiento hasta su establecimiento en Nazaret.

Había terminado de rezar el Rosario y recordé esta expresión de un vidente: “Las avemarías son como flechas de oro que salen de la boca de los creyentes y penetran en el corazón de mi Hijo Jesús”. Y entonces me dije: ¿no le agradarán también a san José que fue el “padre legal” de Jesús y “esposo legal” de María? ¿Podría pensarse en un Rosario de san José?

A Teresa de Ávila se la recuerda como la santa de la paciencia: “La paciencia todo lo alcanza”. Pero Teresa también dejó, en la piedad de la Iglesia, la conciencia del poder intercesor de san José tanto para las necesidades materiales como también para las espirituales. Ella misma, a su primer convento fundado en Ávila, lo llamó San José. 

La Iglesia lo proclama como su Patrono Universal. Por tanto, y pensando en nuestro carisma eclesial, como modo de vida de compromiso discipular, queremos responder al mandato de Jesús: “Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”(Mt 28, 19). A san José lo consideramos también patrono y ejemplo de la Rama Sacerdotal de “Nazaret Masculino”. Por eso podemos considerar que este Rosario tiene un valor de Obra y queremos presentarlo y compartirlo con quienes deseen experimentar esta gracia.

Hoy, oramos todos juntos al Patrono Universal de la Iglesia, hombre justo y obediente, que Dios dio por esposo a la Virgen María, Madre de Jesús. Le oramos este Rosario al servidor fiel y prudente que Dios puso al frente de su familia para que, haciendo las veces de padre, cuidara a su único Hijo, Jesucristo, Señor nuestro. 

Meditaciones de los cinco misterios en honor a San José

1. El nacimiento de José, como descendiente de la estirpe de David

Tanto José como María eran descendientes en la tribu de Judá, desde la cual debía nacer el Mesías. 

“Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo” (Mt 1,16). “Este es el criado fiel y solícito a quien el Señor ha puesto al frente de su familia” (Cf. Lc 12, 42). 

2. José es elegido como prometido de María

Cuando a María –como mujer educada en el Templo– le llegó la hora de casarse, se eligió para ella a un hombre de la estirpe de David. 

“Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José” (Mt 1,18). “El Señor Dios le dará el trono de David, su padre. Reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin” (Lc 1, 32-33). 

3. El Anuncio a san José, de la Encarnación del Hijo de Dios en María

Dios, que anunció a María la Encarnación de su Hijo por medio del arcángel San Gabriel, también quiso favorecer a José con una Anunciación. En sueños, lle reveló a José que María, su prometida, estaba embarazada. 

“María estaba comprometida con José y, cuando todavía no han vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto. Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: ‘José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados’. Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa, y sin que hubieran hecho vida en común, ella dio a luz un hijo, y le puso el nombre de Jesús” (Mt 1,18-25). 

4. El destierro de José con su familia al país de Egipto 

Dios le anticipa a José las intenciones de Herodes de matar al Niño. Entonces, luego del nacimiento de Jesús, él partió con su familia como desterrado a Egipto, un país que era una nación ajena al culto del Dios único de la Alianza. Allí José trabajó como carpintero, enseñó y educó a Jesús durante varios años.

“Después de la partida de los magos, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: ‘Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo’. José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto. Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio del Profeta: ‘Desde Egipto llamé a mi hijo’” (Mt 2, 13-15). 

5. El regreso de la Sagrada Familia a Israel y su instalación en Nazaret

Luego de la muerte de Herodes, Dios le dijo en sueños a José que regresara con su Familia a Israel. José se estableció en una población llamada Nazaret donde permaneció hasta su muerte. Seguramente, murió antes de que Jesús comenzara su vida pública.

“Cuando murió Herodes, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José, que estaba en Egipto, y le dijo: ‘Levántate, toma al niño y a su madre, y regresa a la tierra de Israel, porque han muerto los que atentaban contra la vida del niño’. José se levantó, tomó al niño y a su madre, y entró en la tierra de Israel. Pero al saber que Arquelao reinaba en Judea, en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí y, advertido en sueños, se retiró a la región de Galilea, donde se estableció en una ciudad llamada Nazaret. Así se cumplió lo que había sido anunciado por los profetas: ‘Será llamado Nazareno’” (Mt 2,19-23). 

Litúrgicamente, finalizamos orando con la Iglesia:

Concédenos, Padre, vivir siempre en santidad y justicia, por la intercesión y a ejemplo de san José, hombre justo y obediente que te sirvió con fidelidad, para que pudiera cumplirse tu designio santo. Amén. 

Padre Ricardo, MPD

Cristo Vive, Aleluia! Nº 224 (set-oct 2020)