El versículo del Apocalipsis que citamos continúa diciendo: “… porque a pesar de tu debilidad, has cumplido mi Palabra sin renegar de mi Nombre”. Esto nos indica que el Señor conoce nuestra precariedad para responderle, y es eso lo que intenta transmitir Una Vida con mayúscula, la experiencia de alguien que se abrió al Amor y cuya vida se llenó de Dios.

Este año la Iglesia nos propone ser Misericordiosos como el Padre y el Papa, en El consuelo que viene de Dios, nos enseña que “el Espíritu Santo es quien nos consuela y nos da la valentía de salir de nosotros mismos, y quien nos lleva a la fuente de toda verdadera consolación, es decir, al Padre. Y esto es la conversión”. He aquí un camino concreto hacia la Pascua.

Dios nos abrió la puerta de nuestra salvación: “Jesús, por quien todo fue hecho, se encarnó para salvarnos. Él es el punto de convergencia hacia el cual tienden los deseos de todos los hombres. Él es aquel a quien el Padre resucitó, exaltó y colocó a su derecha, constituyéndolo juez de vivos y de muertos. Nosotros, vivificados por su Espíritu, caminamos como peregrinos hacia la consumación de la historia humana” (Cf. Gaudium et spes, 45).

Y aunque todavía tengamos mucho combate por delante, como Los nuevos desafíos mundiales o la erradicación de los Esclavos en el mar, tenemos que confiar que La batalla está ganada porque el Señor dice: “Yo te liberé de la oscuridad”.

¡Atrevámonos, entonces! El Evangelio nos enseña a discernir cómo vivir las situaciones de injusticia (¿Justicia o amor?) porque “hoy se necesitan personas que sean testigos de la misericordia y de la ternura del Señor, gente que sacuda a los resignados, reanime a los desalentados y encienda el fuego de la esperanza” (Francisco).

“He aquí –dice el Señor– que vengo pronto, y conmigo mi recompensa, para dar a cada uno según sus obras. Yo soy el alfa y la omega, el primero y el último, el principio y el fin” (Apoc 22,12-13).

Laura di Palma


SUMARIO

ENSEÑANZA APOSTÓLICA
El consuelo que viene de Dios – P. Francisco

ACTUALIDAD ECLESIAL
Misericordiosos como el Padre  – Eq. de Redacción
La batalla está ganada – Eq. de Redacción

NOTA
Nuevos desafíos mundiales – O. Palazzo
Esclavos en el mar – M. Novello

REFLEXIÓN
¿Justicia o amor? – G. Vivona y M. Navarro
Un vínculo de amor – S. A. M. Ligorio
Un big bang en un cuerpo humano – R. Guillemi

TESTIMONIOS
Una “Vida” con mayúscula – P. Pereira
Profe, tengo una “X” – D. Casuscelli
Los amigos que son hermanos – S. Gaudiano
“Yo te liberé de la oscuridad” – P. Fleitas
Eduardo, el discípulo fiel – S. Duplant
Un noviazgo a la distancia – Noelia y Raúl
Puertas cerradas, puertas abiertas – M. Rigoni

CONVIVENCIA ANTROPOLÓGICA
“Yo soy tu Yo soy” –  V. Notaro

MEDITACIÓN
Me enamoré de ti, Señor – C. Méndez

ORACIÓN
Señor del encuentro – V. Ruffener

Publicado en Revista Cristo Vive ¡Aleluia! Nº 201 (MAR-ABR 2016)