La experiencia de una familia que elije vivir la fe, más allá de las circunstancias.

Somos Carolina, Héctor, Sol y Valentina. Desde el 2017, participamos en familia de las Jornadas de Pascua que organiza el Movimiento de la Palabra de Dios. Esto significa que los cuatro estamos bien cerca de Jesús en su pasión y compartimos la inmensa alegría de la resurrección, porque reconocemos su gracia entre nosotros y en nuestras vidas.

Dado que es un tiempo de crisis de valores, como familia sentimos algo muy particular al compartir nuestra fe. Muchas veces aparecen complicaciones del momento, que influyen en nuestros ánimos y hacen que requiera voluntad de nuestra parte para “lanzarnos a la aventura” de dejarlo todo en manos de Jesús y encontrarnos con Él, para que vivamos juntos como familia y en comunidad la Semana Santa.

Pero más allá de las complicaciones que surgen, estamos convencidos de que, el solo hecho de participar de las jornadas como familia, es una gracia en sí misma, y en los meses posteriores a la experiencia, a veces enseguida o tiempo después, descubrimos los frutos que nos dejan esos días.

Nuestras hijas tienen 12 y 14 años. Y como padres, a Héctor y a mí, nos llena de alegría, paz y una gran confianza que nos acompañen y lo vivan junto a nosotros y en comunidad. Basta con ver los videos de cuando participan en las actividades, especialmente en los cantos acompañados de baile para que se nos llene el alma de esperanza.

No nos queda más que agradecer la gracia de Dios en nuestra familia; es nuestro amor a Jesús el que nos une, acompañándolo en su pasión, y luego resucitando con Él desde lo profundo del corazón.

Participar de las Jornadas de Pascua es un envío en sí mismo para el resto del año, de evangelizar con nuestra vida y nuestros actos como Jesús nos pide. ¿Quién sabe qué gracias tendrá para nosotros cada Pascua que vivamos? Él lo sabe, y nosotros nos quedamos en sus manos.

Carolina Arias
Olavarría
Prov. de Buenos Aires

Publicado en la Revista Cristo Vive ¡Aleluia Nº252 – Abril – 2024