Hace menos de un año comencé a vivir mi fe de manera diferente al incorporarme a un grupo de oración en Paysandú, Uruguay. De a poco, experimenté la gracia de la fraternidad en la fe y me sentí una familia, a la que nos une el amor de Dios.
Pude descubrir una comunidad que me acompaña día a día con la oración, el cariño fraternal que caracteriza a los hermanos que conocí, y con la contagiosa forma de vivir la Palabra de Dios.
Desde un comienzo, entre charlas y mates, se hablaba de “la pascua que vivimos” y eso quedó resonando en mi mente. Ya había vivido algunas, pero de manera superficial, cómoda, con pocas ganas de experimentar el amor de Dios. Pero esta vez, esperaba con ansias el Retiro de Pascua.
Por diferentes motivos laborales y de estudio parecía que no iba a poder concurrir ya que sería en otra ciudad. Sin embargo, con la gracia de Dios, se abrieron los caminos para disfrutar de los tres días. Esto fue el principio del paso de Dios.
Al llegar al retiro, encontré personas alegres y de corazón abierto para abrazarnos fraternalmente. Noté que algo comenzaba a movilizarse en mí, asombrado por el actuar de los hermanos.
Fue un retiro precioso, tuvimos encuentros en Cristo dignos de enmarcar con una lágrima de emoción. Compartimos momentos distendidos, nos pudimos conocer y reírnos a carcajadas; ahí descubrí lo que Dios puede hacer si de verdad nos disponemos a recibirlo y abrazarlo.
Sentí la alegría de encontrarme con personas esplendidas, dispuestas, preocupadas por los demás. Ellos dieron lo mejor para el que viviera el retiro por primera vez, tuviera un encuentro único con el Padre; y debo decir que lo lograron.
Descubrí que el motor de sus acciones es una vida atravesada por la gracia de Dios. Reflejan el amor que Él nos tiene. Son personas diferentes, que hacen pensar en el motivo que los lleva a ser así. Despertaron en mí las ganas de tener un corazón similar al de ellos y, por ende, al del Padre.
Doy gracias a Dios y a los hermanos por dejar huella, en esta Pascua, de manera tan especial para mí.
Facundo Pay Fagundez
Paysandú – Uruguay
Publicado en Revista Cristo Vive ¡Aleluia! Nº233 – Mayo 2022