Aún permanece en muchos de nosotros la imagen de una plaza San Pedro vacía. Allí, su Santidad se puso de pie frente al mundo para orar e impartir de forma extraordinaria la bendición Urbi et Orbi. Al comentar el pasaje de la tempestad calmada del Evangelio de Marcos, Francisco expresó: “Desde hace algunas semanas parece que todo se ha oscurecido. Densas tinieblas han cubierto nuestras plazas, calles y ciudades; se fueron adueñando de nuestras vidas y llenaron todo de un silencio que ensordece y un vacío desolador que paraliza todo a su paso: se palpita en el aire, se siente en los gestos, lo dicen las miradas. Nos encontramos asustados y perdidos. Al igual que a los discípulos del Evangelio, nos sorprendió una tormenta inesperada y furiosa” (27/03/2020).
Sin duda, la pandemia nos dejó desorientados y conscientes de nuestra fragilidad. De pronto, algo tan ínfimo como un virus, trastocó lo que parecía que podíamos controlar: “La tempestad desenmascara nuestra vulnerabilidad y deja al descubierto esas falsas y superfluas seguridades con las que habíamos construido nuestras agendas, nuestros proyectos, rutinas y prioridades”, afirmó Francisco.
Ese día, Bergoglio con gran entereza encarnó lo que nos enseña en De cobardes a valientes: “Si tenemos el Espíritu Santo, tendremos el valor de seguir adelante”.
Se necesita la luz de la fe para atravesar las circunstancias que vivimos. En el anuncio Tiempos de confusión, el Padre Ricardo nos propone ser sabios y buscar respuestas en la Palabra de Dios para vivir en la verdad y elegir el bien. De ello da cuenta el artículo La profesión para el bien común.
También, la realidad de la “cuarentena” nos dejó varios aprendizajes. Por ejemplo, revalorizar el cuidado personal y comunitario, algo que se expresa en los testimonios Una familia extendida y Un proyecto solidario.
“Nadie se salva solo” aseguró Francisco. Con estas palabras presentes, más allá del aislamiento social obligatorio en la mayoría de los países, el Movimiento de la Palabra de Dios celebró su Pascua número XLVII. En la nota Jornadas de Pascua online se refleja la gracia de pertenecer a una comunidad, en definitiva, de ser parte de la Iglesia de Jesús.
Hoy, tenemos una gran oportunidad: salir de los esquemas habituales, discernir, no ceder a la tentación de la prisa, saber esperar el desarrollo de los procesos históricos y de la gracia de Dios que van de la mano. Sobre ello reflexiona el autor de Siempre hay tiempo.
¿Qué nos quiere decir Dios a partir de esta realidad mundial? Si acogemos con gratitud al Espíritu Santo, el Don que nos habita, como se presenta en Un prisionero en nuestro interior, podremos advertir cómo Dios obra, “habla y manifiesta a través del tiempo la duración o no de cada cosa” (Francisco).
Laura di Palma
SUMARIO
ENSEÑANZA APOSTÓLICA
De cobardes a valientes – Francisco
TESTIMONIO
La misión más importante – K. Fiorini
Una familia extendida – I. Páez de Ulloa
Un proyecto solidario – S. Gentile
Detrás de las pantallas – D. Verdomar
A pesar de las grandes dificultades – M. Mattiauda
EXPERIENCIA
“Gracias por el camino recorrido” – K. Martínez
Una luz singular – M. E. Gómez
ANUNCIO
Tiempos de confusión – P. Ricardo
REFLEXIÓN
Siempre hay tiempo – M. Llanes
Un prisionero en nuestro interior – F. L.
NOTA
Jornadas de Pascua online – L. Di Palma
CONVIVECIA ANTROPOLÓGICA
La profesión para el bien común– R. Nogués
ECOS DEL CURSILLO
“Tanto amor no se puede entender” – G. Barrás
Pequeños hábitos para cambiar el mundo – E. Serna
ORACIÓN
Consuelo del alma – V. Ruffener
Publicado en la Revista Cristo Vive ¡Aleluia! Nº222 (MAY-JUN 2020)