Un día de febrero de 1980 pasé por la puerta de mi Colegio Santa Ana y San Joaquín de Belgrano, y por alguna razón volví sobre mis pasos y toqué el timbre. Quería saludar a las hermanas… Tenía 17 años y estaba dando mis primeros pasos de conversión en el Movimiento de la Palabra de Dios.

La hermana Nélida García (hija de Santa Ana) se sorprendió al verme, y me invitó a sumarme a una misión a Derqui (Prov.Bs.As.), que salía al día siguiente. Acepté sin hacer ninguna pregunta. Al día siguiente estaba con mi bolso en la Estación de Retiro, con un grupo de chicas que no conocía.

El Señor invita, si lo aceptamos El hace la Obra entre nosotros.

Esa fue la primera misión de tantas otras, a la que se fueron sumando otros tantos herman@s.

Nos recibió el P. José María Aguirre Amirola, en ese momento Misioneros de la Sagrada Familia, de la Pquia San José Obrero de José C.Paz,  un pastor que supo ver la Obra que Dios quería hacer y la acompañó. 


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Al ver los frutos de la tarea pastoral se integró al primer Grupo de Evangelio de adultos, donde recibió el anuncio de la Palabra, la gracia de la oración espontánea comunitaria y el compartir de la vida, como uno más.

Hay muchas experiencias de lo que Dios hizo entre nosotros. 

Como fruto de la conversión personal, los rasgos de las primeras comunidades de los Hechos se fueron haciendo carne entre nosotros: compartir los bienes, asistir a los más necesitados, visitar a los enfermos, anunciar la Palabra en la catequesis, celebrar juntos la Eucaristía.

Hoy en la zona hay un Centro Pastoral: San José Obrero (Pquia. de José C Paz), un centro en formación: Sol y Verde (Vucetich), y una Misión que va creciendo en Pilar con muchos hermanos que han sido rescatados por el amor de Dios y por la experiencia comunitaria y fraterna.

“En él, ustedes,
los que escucharon la Palabra de la verdad,
la Buena Noticia de la salvación,
y creyeron en ella,
también han sido marcados con un sello
por el Espíritu Santo prometido.
Ese Espíritu es el anticipo de nuestra herencia
y prepara la redención del pueblo
que Dios adquirió para sí,
para alabanza de su gloria.”

Ef.1, 3-14

Ma.Cecilia Rennison 
Centro San José/Núñez
Buenos Aires

Publicado en Revista Cristo Vive ¡Aleluia! Nº 243 – MAYO 2023