Editorial de la Palabra de Dios

Santa Bibiana

Lc 10,21-24 / “En aquel momento Jesús se estremeció de gozo, movido por el Espíritu Santo, y dijo: ‘Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, como nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar’. Después, volviéndose hacia sus discípulos, Jesús les dijo a ellos solos: ‘¡Felices los ojos que ven lo que ustedes ven! ¡Les aseguro que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron!'”.

Lecturas del día: Is 11,1-10