Editorial de la Palabra de Dios

Santos Eugenio, Adriano y Priscila

Mt 9,32-38 / “En cuanto se fueron los ciegos, le presentaron a un mudo que estaba endemoniado. El demonio fue expulsado y el mudo comenzó a hablar. La multitud, admirada, comentaba: ‘Jamás se vio nada igual en Israel’. Pero los fariseos decían: ‘Él expulsa a los demonios por obra del Príncipe de los demonios’. Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias. Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: ‘La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para su cosecha’.”

Lecturas del día: Gen 32,22-32