Editorial de la Palabra de Dios

Cada 3 de junio se celebra la memoria litúrgica de los Santos Mártires de Uganda, un grupo de 22 católicos y 23 anglicanos convertidos al cristianismo en el antiguo reino de Buganda, hoy parte de Uganda, que fueron ejecutados entre el 31 de enero de 1885 y el 27 de enero de 1887.

En un gran testimonio de fe, desde mediados de mayo, el Santuario de Namugongo recibe más de un millón de peregrinos que llegan desde las 19 diócesis ugandesas y también de las vecinas Kenia, Tanzania, República Democrática del Congo, Ruanda y de Sudán del Sur, e incluso de fuera de África. Muchos peregrinos llegan caminando, aun durante varios días. Este año todo gira en torno a la gracia jubilar con el lema de este Día de los Mártires: “Oh Señor, permíteme ver de nuevo, yo, tu peregrino de la Esperanza”.

Canonizados por el papa Pablo VI en 1964, los mártires de Uganda siguen siendo un referente de fe en África. San Juan Pablo II visitó Namugongo en 1993, y el papa Francisco celebró la misa en el santuario en 2015. En la actualidad, una basílica dedicada a los mártires preside el lugar donde san Carlos Lwanga fue quemado vivo el 3 de junio de 1886.

La peregrinación a Namugongo simboliza la devoción y el arrepentimiento, y también busca elevar una súplica a la intercesión de los mártires por necesidades personales o familiares.