Vivi, en el centro, junto al Padre Ricardo y Mercedes Guinle
El 5to domingo de Pascua se hizo realidad entre nosotros el pasaje del Evangelio: “Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. (…) El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto”. (Jn 15, 1-8). Viviana Ruffener, consagrada laica de la comunidad de Nazaret femenino del Movimiento de la Palabra de Dios, partió a la casa del Padre la tarde del 2 de mayo de 2021. La vida de Viviana fue un testimonio de alegría, entrega y comunión; una ofrenda permanente que dio muchos frutos para la Obra y para la Iglesia. En 1975 Vivi fue una de las rocas de la fundación de los grupos de oración en la provincia de Córdoba, Argentina. En 1983, constituyó la Comunidad de consagradas en aquella ciudad y en un testimonio que recogimos en la Revista Cristo Vive, ¡Aleluia! en agosto de 1983 escribió: “El amor de Dios embriagó mi corazón y desaparecieron para siempre la tristeza y la soledad” VER ARTÍCULO PAG 12
Hoy la despedimos con profunda tristeza y con un gran gozo por su vida ofrecida. Creemos en la fiesta del abrazo de Jesús en el cielo que le dice: “Ven, Vivi, bendita de mi Padre y recibe en herencia el Reino que anunciaste”. El 3 de mayo se transmitieron dos celebraciones de despedida. Allí se pueden escuchar testimonios sobre la vida de Viviana.
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